Islas

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Tenerife desde La Gomera

El blog de Beatriz Fariña

El que no inventa no vive. Ana María Matute (premio Cervantes).



jueves, 30 de diciembre de 2010

La primera vez (cuento de navidad)

Mario, estaba nervioso, era su primera vez. Se duchó, se perfumó y se afeitó cuidadosamente. Salió a la calle, aun era temprano, paseó viendo los escaparates y fijándose en los niños de la mano de sus padres. Le gustaba el ambiente que había en las calles. La tarde caía, pronto encenderían las luces y todo se llenaría de magia.
Al entrar se identificó y una amable chica lo acompañó hasta una sala amplia donde había mucha gente joven preparando paquetes. La chica lo presentó y todos le miraron con simpatía.
Mario cargó las bolsas en las alforjas y salió a la calle detrás de todos los demás. Notó el frío de la noche en la cara, se oía un murmullo potente, le sudaban las manos.
Bueno, súbete ya, que esto empieza.
Mario se subió y se agarró con fuerza a la silla. Con un balanceo hacia delante se levantó. El ruido de la multitud se iba acercando al aproximarse al portalón. Nada más salir los gritos de los niños aumentaron, Mario notó como se le ponía un nudo en la garganta y le subía un calor intenso a los ojos.
Los caramelos, no te olvides. Le comentó uno de los chicos que le acompañaba.
Metió la mano en las alforjas y lanzó un puñado de caramelos.

¡¡ Baltasar, Baltasar!! gritaban todos los niños.

Aquella fue una de las mejores cabalgatas de los últimos años, de las pocas en que Baltasar era realmente negro ….. y muy guapo.

domingo, 19 de diciembre de 2010

la pisci .....

Brazo derecho: entra, empuja hacia atrás, roza el muslo. Brazo izquierdo: dedos juntos, entra la mano en ángulo al agua....
caray qué semanita, parece que no llega nunca el viernes
brazo derecho, dentro del agua describe una ese y empuja hacia afuera para impulsar más, sacar la cabeza para respirar al lado izquierdo...
nada de trabajo, concéntrate.
las piernas bien estiradas, movimientos rápidos, abdominales contraídos, suelo pélvico activo ….
plátanos, pepinos, pimientos, tomates ....
dos respiraciones dentro, una fuera, la cabeza cada vez a un lado distinto, el aire sale despacio por la nariz …
!coñó¡ qué manotazo me dio el de la calle de al lado
no doblar las rodillas, estirar bien los pies ..
!mierda¡ todavía me duele el esguince, hay que ver lo que duran las lesiones cuando se cumplen años
ahora 200 de espalda, el brazo sale con la palma hacia arriba y gira la mano para entrar con el canto a la vez que el otro brazo sale...
bubangos, aguacates, zanahorias …
meter bien los abdominales para que no se hunda el culo,
!córcholis¡ que no he pagado la clase de pilates....
banderolas, giro y doy tres brazadas a crawl hasta la pared
aceite, café, azucar....
el brazo pasa tocando la oreja y dentro del agua pega la mano al cuerpo para desplazar más agua, brazo derecho, brazo izquierdo ….
!cáspitas¡, que no pedí hora para fisioterapia
los pies deben hacer espuma en la superficie, que no se me hundan ….
¡jopé! Un calambre ….
200 de braza: sincronizar piernas y brazos, respiración …
y mañana qué hago de comer?
Hundir sólo lo justo la cabeza, no bucear....
!hostia¡ mañana tengo que llevar el coche a cambiar el aceite …..
meter ombligo para compensar lumbares ….
Apoyando las manos en el borde, uno dos y fuera …..
!jolín¡ qué tío más bueno está entrando ahora que salgo yo

sábado, 11 de diciembre de 2010

autorretrato

Un amigo “poli” me dijo una vez que a los delincuentes se les conoce por sus zapatos, de ese tema en concreto no puedo opinar, supongo que él lo sabe por experiencia. Pero sí que es cierto que nuestro calzado revela mucho de como somos. He aquí mi autorretrato. Negadita como he sido siempre al tacón, mis últimas peripecias físicas (ciática impertinente desde hace tiempo) me han llevado a profundizar aun más, en el calzado práctico. Ya no me atengo ni al consabido zapato bajo de señora, directamente me he pasado al calzado cómodo, tipo chola con calcetín (como el que se muestra) o cerrado todoterreno. Es lo que hay ¡¡¡.

sábado, 4 de diciembre de 2010

el pintor

Si te toca trabajar un domingo, al menos hazlo con alegría. Eso fue lo que pensó Manolo cuando sonó el despertador a las seis de la mañana. Se vistió rápido y pilló algo de fruta para el camino, agarró el transistor que le había regalado el banco por abrir una cuenta y se subió al furgón. Le había salido un trabajito latoso pero bien pagado, pintar las verjas de los balcones de una casa de ricos. Tal cual estaba la cosa no era cuestión de hacerle ascos. A la una tenía la primera comunión de su ahijado y las verjas eran de esas de mucho caracolillo, así que empezó temprano. Aparcó por donde pudo, cargó la escalera y silbando se fue hacia la casa en cuestión. Le abrió la empleada y le dio los materiales. A las siete en punto Manolo ya estaba subido a la escalera con su musiquita y la brocha cargada de pintura antióxido. A las 10 de la mañana y con dolor de muñeca tan sólo había logrado pintar dos balcones, a ese ritmo no acabaría a buena hora para llegar a la iglesia, ni siquiera con el mono de pintor. Subió la música y aceleró el ritmo. Acabó el tercero y se bajó para cambiar la escalera, al moverla el transistor se soltó del gancho y calló con estrépito a la calle. Manolo lo miró, estaba hecho añicos, las pilas por un lado, el altavoz por otro, las perillas rodando calle abajo. Miró a las verjas que faltaban, recogió los restos del aparato y tocó en la puerta.
La empleada le preguntó.
- ¿Ya acabaste?.
- Pues no, pero me tengo que ir. Le dices a los señores que el domingo que viene termino, que yo sin música no trabajo.
La empleada lo miró extrañada esperando una explicación. Con la misma, Manolo cogió la escalera y la bolsa con el cadáver del transistor y enfiló a la furgoneta.

Efectivamente, si te toca trabajar un domingo, al menos hazlo con alegría.