Una de las ventajas de estar pachucha es que te manden a hacer ejercicio, bueno también hay muchas desventajas de este estado. El otro día caminaba con el agua por la cintura en la playa, para fortalecer no sé muy bien qué parte de mi maltrecho cuerpo. Mientras lo hacía observaba a la gente que por la orilla transitaban. Una pareja compuesta por un joven y una joven ambos de aspecto saludable hablan acaloradamente. En mi recorrido, y con el fin de "andar"y guardar la ropa" repetía el recorrido de un lado para otro con lo cual pude observar como el tono de la conversación iba in creccendo hasta llegar al punto del contacto físico, y no precisamente cariñoso. El chico tocó de frente y con cierta violencia el hombro de la chica. Lo dejé pasar pensando que podía ser un poco "expresivo en exceso". Al regreso de mi mini recorrido ya no pude evitar dirigirme hacia ellos, entiendo que la maternidad tiene esa inclinación a proteger a los débiles, y más si te recuerdan a tu progenie. Ante el tono que estaba tomando el tema me quité las gafas de sol, más por lo que pudiera pasar que por mostrar una fiera mirada. Al acercarme, y dirigir ambos su mirada hacia mi, salió de mi boca - en tono algo tembloroso - " ¿necesitan ayuda?." No se me ocurrió otra manera de intervenir para socorrer a la agredida. Sorprendentemente, y sin tenerme en cuenta para nada, ella lo mandó a "nosédonde" fue a su bolso y se largó. No sé si realmente sirvió de algo mi intervención, si les amedrentó mi semblante de señora madura dispuesta a todo (quizás a salir por patas ante un "usted para qué se mete") o sólo les interrumpí propiciando un cambio de escena, pero me quedé a gusto.
Islas
El blog de Beatriz Fariña
El que no inventa no vive. Ana María Matute (premio Cervantes).
jueves, 25 de marzo de 2010
La playa (ficción)
Una de las ventajas de estar pachucha es que te manden a hacer ejercicio, bueno también hay muchas desventajas de este estado. El otro día caminaba con el agua por la cintura en la playa, para fortalecer no sé muy bien qué parte de mi maltrecho cuerpo. Mientras lo hacía observaba a la gente que por la orilla transitaban. Una pareja compuesta por un joven y una joven ambos de aspecto saludable hablan acaloradamente. En mi recorrido, y con el fin de "andar"y guardar la ropa" repetía el recorrido de un lado para otro con lo cual pude observar como el tono de la conversación iba in creccendo hasta llegar al punto del contacto físico, y no precisamente cariñoso. El chico tocó de frente y con cierta violencia el hombro de la chica. Lo dejé pasar pensando que podía ser un poco "expresivo en exceso". Al regreso de mi mini recorrido ya no pude evitar dirigirme hacia ellos, entiendo que la maternidad tiene esa inclinación a proteger a los débiles, y más si te recuerdan a tu progenie. Ante el tono que estaba tomando el tema me quité las gafas de sol, más por lo que pudiera pasar que por mostrar una fiera mirada. Al acercarme, y dirigir ambos su mirada hacia mi, salió de mi boca - en tono algo tembloroso - " ¿necesitan ayuda?." No se me ocurrió otra manera de intervenir para socorrer a la agredida. Sorprendentemente, y sin tenerme en cuenta para nada, ella lo mandó a "nosédonde" fue a su bolso y se largó. No sé si realmente sirvió de algo mi intervención, si les amedrentó mi semblante de señora madura dispuesta a todo (quizás a salir por patas ante un "usted para qué se mete") o sólo les interrumpí propiciando un cambio de escena, pero me quedé a gusto.
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pienso como tu no hay que quedarse impasible ante los sucesos, siempre con nuestro granito de arena
ResponderEliminarmejorar el mundo, sobre todo tu no volverás a casa pensando que no hicistes nada
CUIDADITO PROFESOR NEIRA!! INTERVENIR EN DISCUSIONES DE PAREJA SIEMPRE ES DELICADO Y ADEMAS MUCHAS SE RELACIONAN DE ESA MANERA ANTES DE COPULAR?
ResponderEliminark valiente :)
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