Mari es el nombre de mi panadera, la verdad que no sé mucho más de ella. Nuestra relación ya es de hace años, de antes de que se usara el término "relación virtual". Bueno, la nuestra realmente es más que virtual. Cada mañana desde temprano aparece colgada por fuera de mi verja una bolsita con unos panes dentro. Ya sé que soy la envidia de muchos, puesto que esto del pan fresco (y no congelado por cierto) a diario y tempranito es un lujo. Pues todo esto es gracias a Mari, a que confía en sus clientes y al acabar el mes junto con esos panes aparece un papel pequeño con una nota que dice: pan mes de febrero, el importe y una firma. Yo cuando me acuerdo y tengo suelto le pongo el dinero por la noche, al estilo ratoncito Pérez , y ella lo recoge antes de que amanezca. A veces hemos logrado hablar un poquito por teléfono para cambiar algo en nuestra original relación, el número de panes, los periodos sin servicio y esas cositas. Yo creo que ambas partes del negocio, ella y yo, estamos contentas con esta relación y esperamos que dure muchos más años.
El pan nuestro de cada día que bueno que esta :))
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