Dejó de fumar, dejó de beber, se dio de baja en el casino y comenzó a hacer dieta. Con el tiempo dejó de ver la tele. Se fue quitando de todo lo que consideraba decadente y pernicioso para la salud del cuerpo y del alma. Ahora realmente ha logrado ser el más sano de todo el cementerio.
Los extremos nunca fueron buenos.
ResponderEliminarSaludos y gracias por comentar en mi blog
Estupendas las cosas que nos dejas. Un placer haber vuelto a pasar por tu casa.
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
Jajaja! Murió de perfecta salud...!
ResponderEliminarBesos!!
¡Los sanos también se mueren! Aquí no queda nadie.
ResponderEliminarbiquiños.
Aldabra,
Se dice que otros fueron los más ricos.
ResponderEliminarGracias por tu visita, te enlazo.
Besos, Beatriz
Se murió el mismo dia, pero la vida se le hizo mas larga :))
ResponderEliminaryo tambien me he quitado de muchas cosas...
ResponderEliminaralgunas daban sentido ami vida...
no sé donde acabaré... espero que tenga mejor suerte que el protagonista de esta historia...
uun abrazo