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Tenerife desde La Gomera

El blog de Beatriz Fariña

El que no inventa no vive. Ana María Matute (premio Cervantes).



miércoles, 6 de junio de 2012

Celebración y II


Desde luego que era un hombre con iniciativa, nada de titubeos. La distancia que nos separaba entre La Divina Comedia y el local de copas fue lo suficientemente larga para convertirla en un paseo casi deportivo, ninguno de los dos aminoró el paso, cuando nos sentamos no pude menos que reír algo acalorada. Él sonriendo dijo:
- Es que son unos colegas y les prometí que vendría, lo siento por la carrera.
- No, si me gusta hacer ejercicio después de comer, es muy sano.
Riendo ambos llegó le camarero y pedimos, a mi ya se me había bajado el subidón del volcán y del exceso de imaginación, así que pedí un “sex on the beach”. Él un ron.
La música comenzó inmediatamente, con lo que la conversación tuvo que esperar. Cuando acabaron él se levantó a saludarlos y aunque me miraba como para presentarme yo me hice la loca, tampoco él sabía mi nombre, ni yo el suyo.
- Bueno, y a qué te dedicas, lo mío ya lo sabes.
- Soy consultora personal.
- ¡Anda!, qué profesión tan …... poco definida, parece la típica tapadera de los espías, no serás policía o juez.
Me dió la tos y no sabía cómo disimular, jamás me habían pillado tan rápido, siempre he ido a bares lejos del juzgado y suelo vestir como cualquier trabajadora, pero no me dí por enterada.
- ¡Vaya!, y mira que pedí el cócktel suave, pero está fuertito, quieres probar. - Y tu ¿qué deporte practicas?.
- ¿Porqué lo preguntas?, - contestó vanidoso-.
- Es que ese cuerpo no es de gimnasio, tampoco de cargar cajas de botellas.
- Juego en un equipo amateur de rugby, me gusta mucho y no es un deporte de brutos.
- Siempre te adelantas a justificarte , ya sé lo de que es un deporte de villanos jugado por salvajes, o ¿no era así?.
Reímos y logré desviar un poco el tema y relajarme, pero desde luego ya lo del trabajo acabó de aguarme la fiesta.

De regreso opté por la opción, "cada uno pilla un taxi y se acabó la historia". Casualmente no pasaba ni un taxi y estaba muy cerca de casa y, así que le pregunté:
- ¿Dónde vives?.
- En las afueras, en San Gil.
Vaya, muchos de mis “clientes” son de ese barrio, al menos ya sabía que no me lo encontraría por mi zona.
- Yo vivo dos calles más atrás, así que si quieres me acompañas. (Volvía a traicionarme, parecía una invitación).
- Sí claro, mejor te acompaño, no vaya a ser que te asalten, aunque creo que el atacante saldría mal parado.
Preferí no hacer caso del comentario y seguir andando. Una vez en la puerta:
- Pues bueno, muchas gracias por la “celebración” y.... por cierto ¿cómo te llamas?
- Ah, sí perdona, Dante, Dante Alighieri. ¿Y tú?.
- Sí, claro, no nos hemos presentado, Sofía, Sofía Loren.
Entre risas, nos despedimos, estaba claro que no había sido un buen comienzo, pero siempre nos quedaría La Divina Comedia.

5 comentarios:

  1. Ooooooooooooooooooooh!, mi gozo en un pazo, yo pensé que pasaría "algo" entre ellos.

    ¡que pena!

    en fin, de todos modos, la historia también está bien así y que cada uno piense lo que quiera.

    biquiños,

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  2. Creo que todos estábasmos esperando "temita" pero ya ven, la cuentacuentos no tiene una mente calenturienta, por esta vez.

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