Islas

Islas
Tenerife desde La Gomera

El blog de Beatriz Fariña

El que no inventa no vive. Ana María Matute (premio Cervantes).



jueves, 22 de abril de 2010

el tranvía de antes

Un señor muy mayor de Arico me contó una anécdota sobre el antiguo tranvía que funcionaba en la isla. Hacía el recorrido entre la Plaza España en Santa Cruz y Tacoronte y dejó de funcionar en los años 50. Contaba que iba Marcial caminando por la Cuesta, en esa época era habitual que la gente, la pobre claro, fuera descalza, las alpargatas se dejaban para los actos sociales. Pues eso, iba Marcial subiendo por el camino cuando oyó las voces que daba un carretero para que la gente se arrimara. Marcial se desvió hacia su izquierda caminando por encima de las vías del tranvía, con tan mala pata que se le coló el dedo gordo del pie izquierdo en el rielito ese que tenía la vía, es decir el sitio por donde corre la rueda del aparato. Hay que añadir que Marcial era de esos hombres tipo "puntal", inmensos y que todo lo tenía grande, imagínense el dedo gordo. Tiraba Marcial hacia arriba para sacar el dedo, tiraba y no lograba sacarlo. Un grupo de parroquianos lo vieron y fueron en su ayuda, él había dejado el hatillo en el suelo y con las manos tiraba del pie propietario de aquel dedo, que cuanto más se jalaba de él más gordo se ponía. Como aquello no parecía tener solución alguien dijo, -que siga hasta el cambio de aguja, a ver si allí lo saca. Así que ahí va Marcelino caminando con el pie derecho y arrastrando el izquierdo, la comitiva de curiosos lo acompañó, los últimos miraban para atrás por si venía el tranvía. Nada que en el cambio de aguja tampoco se pudo sacar el dedo ....

Para no aburrirles con el relato del largo recorrido de Marcelino, sólo decirles que, según este señor de Arico que me hacía el relato, hasta la última estación, la de Tacoronte, llegó Marcelino con su dedo enrielado, su hatillo y una comitiva de curiosos que le acompañaban renovándose de parada en parada, porque claro, el tranvía también venía detrás.

¡¡¡ Qué exagerado, no ¡¡¡

2 comentarios:

  1. jajajaja, que bueno el relato, la gente de antes si era solidaria, acompañò al malmetido dedo hasta Tacoronte.

    ResponderEliminar
  2. Jajaja, qué risa está bueno el Marcelino. Lo más seguro que se desenganchó antes de salir de S/C jeje

    ResponderEliminar