Islas

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Tenerife desde La Gomera

El blog de Beatriz Fariña

El que no inventa no vive. Ana María Matute (premio Cervantes).



jueves, 6 de mayo de 2010

las tomateras

Ella vive en un caserío alejado de un pueblo alejado del sur profundo.  Cuando se casó empezó viviendo en una casa-cueva, luego al nacer los hijos fueron construyendo cuartitos pegados a esa vivienda. Luego algunos de sus hijos, ya mayores, han seguido arrimando cuartitos al de sus padres. A pesar de tener tantos chicos siempre trabajó en los tomates. Tempranito estaba cada día en el cruce entre la pista que llegaba a su casa y la carretera, se subía al camión y seguían recogiendo mujeres por varios caseríos. Comenzaban a trabajar antes de salir el sol y acababan un chorro de horas después. A pesar del madrugón, del frío, del calor y la dureza del trabajo a ella le gustaba ir a la finca a cortar tomates o a deshijar. Era habitual oírla cantando sonriente muy tapada con la típica falda sobre el pantalón y la sombrera calada. Hace unos años que se jubiló y mirando por la ventana mientras friega la losa echa de menos muchas cosas de aquella época: las fiestas del fin de zafra, la conversación con las chicas, incluso aquel licor que les daba el encargado los días de frío y lluvia.

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